sábado, 3 de septiembre de 2011

Soy la puta de los muertos

Me llamo Federico Yostick y soy un vicioso. ¿Degenerado tal vez, enfermo, sicópata, pervertido, morboso, animal, hembra con cuerpo de hombre, masoquista...? Puede que así me califiquen, yo sólo me dejo guiar por mi instinto y las posibilidades que la pérfida informática me ofrece.
Como El portero del infierno me presenté en el foro bloguero de fronterad, y en ella fui asesinado siete veces.

Quizás el peor pecado que arrastro, es el de haber sido fulminado de aquel blog hortícola, por mi creador, alarmado y un tanto avergonzado de mí mismo. ¿Y si confundiesen los lectores mis atroces y deleitosas hazañas de la carne, con las del Faba supremo, que regentaba aquella Huerta del Retiro? Mejor el destierro para Yostick, tanta libertad expresiva podía llegar a pesar demasiado al sostenedor de la página.

Más de un año he tardado en volver a estampar mi nombre y apellido en la red de redes. Me presenté en tiempos como un web master de los muertos, un puente entre las reflexiones de los espíritus errantes elegidos. Gracias a mí se pusieron de nuevo en contacto el Faba muerto con el Faba superviviente, para pergeñar la resurrección de uno, y la aniquilación del vivo. Una vez que establecieron el contacto, me dieron el paseíllo.

Son los lectores con abstinencia de Yostick (que haberlos, hailos, o al menos húbolos,) los que hacen nacer este cuaderno de bitácora sexual. Porque tengo que decirles, que cuando puedo, yo me dedico a la prostitución internautica como rol, no como negocio lucrativo. Mis ingresos por desarrollar la profesión más antigua del mundo, revierten sobre el conocimiento empírico de mi bestia interior. Aunque no debe interpretarse lo dicho como un rechazo a hipotéticos clientes, dispuestos a soltar el estipendio.

Me llamo Federico Yostick y soy puta a tiempo completo, cuando me dejan mis jefes.
Les hablaré de mis hazañas sexuales puntualmente, en entradas y memorias venideras.
Valgan estas líneas como nueva tarjeta de presentación pública.
Ya lo saben, por lo leído: soy prostituta de los espíritus y otros seres incorpóreos, no por ello carentes de lascivia y las intenciones más perversas.